A propósito del terremoto en Nepal el 25 de Abril de 2015

ESCUCHEMOS EL MENSAJE DE LOS TERREMOTOS (Nepal), VOLCANES (Chile), ISLAS QUE EMERGEN DE REPENTE (recientemente en Japón)...
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En noviembre del año pasado en Nepal sacrificaron a 5,000 búfalos, pero en total 300.000 animales exclusivamente para honrar a un demonio hindú al que llaman "diosa del poder"... Lo mismo hicieron en 2009 cuando derramaron la sangre de 250,000 animales de acuerdo a lo que PETA informó (People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) es la organización de derechos de los animales más grande del mundo, con más de 3 millones de miembros y simpatizantes).
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Porque fuimos creados EN Cristo, POR Cristo y PARA Cristo (Col 1:16-17), el Creador le puso a Cristo como Jefe y Cabeza de todas las cosas creadas, y sometió el destino de toda la Creación al destino del Género Humano. De modo que cuando la Humanidad cayó en rebelión contra el Creador, toda la Creación quedó sujeta a la esclavitud de la corrupción.

Por eso, únicamente sometiéndonos al Creador como criaturas dependientes de Él, siendo redimidos por Cristo de nuestra antiecológica rebelión a Dios por la fe en su sangre derramada a causa de nuestros pecados (sufrió el castigo que nosotros merecíamos), y sujetados debajo de Cristo como Cabeza de todas las cosas (Ef 1:9-10), regresamos a nuestro 'lugar natural', a nuestro punto de equilibrio en todo el ecosistema creacional, donde todas nuestra relaciones se vuelven correctas, ¡¡ECOLÓGICAS!!: con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el resto de la Naturaleza.

"Pues la creación aguarda con ardiente anhelo la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación ha sido sujetada a la vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sujetó, en esperanza de que aun la creación misma será librada de la esclavitud de la corrupción, para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo la creación, sino también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo" (Romanos 8:19-23).

Gracias a Dios, y contra la obstinación y locura humana (satánica en el fondo), por debajo de las fuerzas destructivas que azotan al planeta y a la propia Humanidad, está actuando poderosamente otra Fuerza: ¡¡el Creador está avanzando el cumplimiento de su Plan: QUE EN CRISTO SEAN REUNIDAS BAJO UNA CABEZA TODAS LAS COSAS, HACIENDO ASÍ EL SHALOM: la paz que brota de la justicia; el bienestar en todas sus dimensiones: la salud corporal, social, económica, política y espiritual; la armonía ecológica de todo lo que existe; significa la Vida plena y abundante que el Dios de Jesús quiso para todos, pero que sólo disfrutarán los que a tiempo recibieron por la fe al Salvador del Mundo.

“Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero nos grita en nuestros dolores” (C.S. Lewis).

Dios no provoca los desastres naturales y humanos, pero los usa en su sabiduría y misericordia para despertarnos, para advertirnos, para llamarnos a conversión: a espaldas de la Fuente de la Vida, todos pereceréis. Dios no quiere la muerte de nadie, sino que todos se conviertan y vivan. No hablamos de la muerte física, que a todos nos llegará de un modo u otro, y que es sólo un tránsito, sino de lo que la biblia denomina 'la muerte segunda': una existencia eterna frustrada por quedar separada de la comunión con Dios, que es Vida eterna, para la cual fue creada, diseñada y destinada.

Jesús, el Hijo de Dios, dijo: “Yo soy la Vida” y “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. El Dios que hizo este universo vino a este mundo, pero el mundo no le conoció ni le recibió. El Eterno e Inmortal vino como hombre a la Tierra maldita para compadecerse de sus enemigos, cargó sobre sí nuestro destino de muerte, pagó por nuestras maldades, sufrió la muerte y el infierno en nuestro lugar, y fue levantado de entre los muertos para inaugurar una Nueva Humanidad, una Nueva Creación; de todos los beneficios ganados por Cristo en su muerte y resurrección pueden participar todos aquellos que le reciben, que creen en su Nombre.

Jesús vino una primera vez en humildad, y hay un tiempo para recibir su oferta de salvación, “Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y si crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, te salvarás... Todo aquel que invoque el nombre del Señor se salvará” (Romanos 10,8b-9).

Pero Él va a venir una segunda vez como está profetizado, y será en poder y gloria, juzgará a cada ser humano por sus hechos, y establecerá definitivamente su Reinado de justicia y de paz para toda la Creación. “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. HABRÁ TERREMOTOS por todas partes. Habrá hambres. Estos son PRINCIPIOS DE DOLORES” (Marcos 13,8).

Como un mujer parturienta, el mundo y la Historia Humana gime hasta que amanezca la manifestación plena del Reino de Dios sobre la tierra. Todo el sistema de este mundo, hostil a Dios, ha de ser removido, para que sólo quede el Reino inconmovible de Dios:

"Mirad que no rechacéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que en la tierra rechazaron al que advertía, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos del que advierte desde los cielos. Su voz estremeció la tierra en aquel entonces, y ahora ha prometido diciendo: Todavía una vez más estremeceré no sólo la tierra, sino también el cielo. La expresión "todavía una vez más" indica con claridad que será removido lo que puede ser sacudido, como las cosas creadas, para que permanezca lo que no puede ser sacudido" (Hebreos 12:25-27.

Si bien los terremotos, cada vez más frecuentes e intensos, son sólo "principio de dolores", según la profecía bíblica esperamos pronto un gran terremoto mundial. Los mismos científicos están hablando de que pronto puede haber un cambio en la polaridad magnética de la tierra de consecuencias impredecibles:

"Y miré cuando él abrió el sexto sello, y se produjo UN GRAN TERREMOTO. El sol se puso negro como tela de cilicio; la luna entera se puso como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como una higuera arroja sus higos tardíos cuando es sacudida por un fuerte viento. El cielo fue apartado como un pergamino enrollado, y toda montaña e isla fueron removidas de sus lugares" (Apocalipsis 6:12-14).

Dios tiene mucha paciencia porque quiere que todos los hombres se salven. Da tiempo. Avisa una y otra vez. “Por eso, aunque antes Dios pasó por alto los tiempos de la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el que ha de juzgar al mundo con justicia por medio del Hombre a quien ha designado, dando fe de ello a todos, al resucitarle de entre los muertos” (Hechos 17, 30-31).

¡Ojalá escuchéis hoy Su Voz!.

P.F. Obed

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